
¿Qué mejor ocasión para inaugurar un blog que hacerlo en Halloween, con la crítica de American Horror Story?
Esta serie, que se estrenó en Estados Unidos el 5 de octubre de este año, es una de mis favoritas actualmente, de las que menos puedo esperar a ver cada semana.
La descubrí por casualidad, buscando series que se emitiesen en miércoles, ya que tenía dos para ver cada día de lunes a viernes, menos los jueves.
Lo primero que me llamó la atención fue saber que uno de los creadores es Ryan Murphy, creador de Glee, The Glee Project y director de Eat Pray Love (2010). Leyendo el título, pensé “¿Horror? ¿Ryan Murphy? ¿De verdad?” Lo cierto es que no esperaba mucho de la serie, puesto que después de haberse emitido dos capítulos, aún no había oído hablar de ella. Nada. No me malinterpretéis, me gusta Glee (a ratos), pero también tiene sus puntos flojos. Hablaré de eso otro día. Pero realmente no conseguía hacerme a la idea de la relación entre Murphy y el género ‘horror’.
Aparte de esa relación, ya investigando un poco más, vi el reparto. Connie Britton, Dennis O’Hare, Zachary Quinto… son caras conocidas. Y luego, un nombre familiar: Farmiga. Pero no Vera, sino su hermana pequeña Taissa.
Después de leer la sinopsis, todavía no muy convencida, decidí darle una oportunidad, más por curiosidad que por real interés. El mismo Ryan Murphy podría haber salido de detrás de la puerta de mi habitación al final del primer capítulo gritando “¡Sorpresa!” y no me habría asustado tanto como esta obra. Además, hubiese tenido razón. American Horror Story me sorprendió.
La serie cuenta la historia de la familia Harmon—padre, madre e hija adolescente—que, tras una tragedia y un período de crisis, decide mudarse a la otra punta del país y empezar de cero. ¿La gracia? Resulta que la casa que compran es un lugar invadido por el misterio, donde han ocurrido cosas terribles durante los años que ha sido habitada. Tanto los antiguos crímenes que se dieron lugar en la casa como el pasado de la familia, persiguen incesantemente a los habitantes de ella. Literalmente.
Cada capítulo revela una pieza más del horripilante puzle, una historia más que conforma la mezcla de realidad y apariencia, de pasado y presente.
Con el primer capítulo no conseguí entender muy bien qué estaba pasando. Hay momentos en que no sabes distinguir entre lo que el personaje ve, que puede no ser real, y lo que realmente es. Esa es una de las características a favor, en mi opinión. También la sutil introducción de contenido sexual para realzar la confusión en algunas escenas me hizo pensar en una influencia del trabajo de Alan Ball. A medida que avanza la serie, las similitudes van desapareciendo.
Lo más espeluznante, los opening credits, te cogen desprevenido/a la primera vez. Brillante.
El trabajo de los actores es casi excelente, desde los más experimentados como Britton y O’Hale, hasta los más novatos como Taissa Farmiga o la formidable Jamie Brewer, quien tiene Síndrome de Down.
Taissa Farmiga nunca tuvo vocación de actriz hasta que su hermana Vera la convenció para actuar en su primera película como directora, Higher Ground (2011). La joven de 16 años hace el papel de la hija adolescente, Violet Harmon, una chica rebelde y aparentemente valiente. Aquí es donde han acertado los directores de casting (uno de ellos también de Glee), y es en coger a alguien que realmente es una adolescente, no una veinteañera. No se puede decir que Taissa sea exactamente una cara nueva, ya que se parece mucho a su hermana, pero sí es fresca y natural en su actuación, convincente.
El personaje del padre, Ben Harmon, interpretado por Dylan McDermott (también una cara que me sonaba), es el de un hombre débil moralmente que, paradójicamente, es psiquiatra. Parece tener terribles problemas para controlarse a sí mismo, y cae deliberadamente en el juego de “miento para cubrir otra mentira, hasta que alguien acaba…” bueno, tenéis que verlo. Quizá sepamos más sobre él en los siguientes episodios.
Uno de los pacientes del Doctor Harmon, Tate, es uno de los personajes más intrigantes de la serie. Así como de otros se nos muestra su naturaleza (buena o mala) casi desde el principio, con Tate todavía no sé si las cosas que parece que hace son bienintencionadas, si simplemente es demente o si es uno de los “malos”. Definitivamente, está atado a la casa, como el resto.
Lo único que me sacó de la trama las primeras veces que salían en escena es la presencia de Connie Britton, a quien estoy viendo ahora en antiguos capítulos de Friday Night Lights, y Dennis O’Hare, quien interpretó al infame Russell Edgington en True Blood, personaje que seguramente volverá a esa serie la próxima temporada. La carencia de sus (fabulosamente) simulados acentos sureños no quita que pensase en sus otros personajes mientras veía American Horror Story. Extrañamente, y quizá porque el personaje es lo más alejado posible al de Sylar, esto no me pasó con Zachary Quinto, cuando apareció en la serie por primera vez en el último capítulo (1x04).
Por último, he de comentar lo mucho que me recordó la historia en el primer capítulo a la película del 2005 The Amityville Horror, que a su vez fue un remake. Me refiero a eso de: familia que se muda a una casa enorme, que resulta estar encantada con demonios que poseen al padre y que a su vez poseyeron al antiguo dueño e hicieron que matase a su familia. No es la trama principal, pero algo así explica uno de los personajes.
En España, FOX estrenará American Horror Story el 7 de noviembre. En abierto puede que la veamos (a horas intempestivas, casi seguro) en Cuatro. Siempre recomiendo verla en V.O., pero sea como sea y donde sea, hay que verla.
Es una serie que me llama mucho la atencion y que despues de leer tu fantastica entrada, creo que la voy a subir puestos dentro de mi lista "Tienes que ver..."
ResponderEliminarEnhorabuena por la entrada!!
soy fan. el primer capitulo me dejo un poco indiferente. pero despues de ver el gran capitulo que es el segundo (en mi humilde opinion) me enganche perdidamente.
ResponderEliminarElsa.
Yo aún no la he visto y no sé si la pondré en mi lista, horror no es para nada sinónimo de entretenimiento para mí, lo paso fatal, pero tomo nota.
ResponderEliminarEsme.